El obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, quien fue reportado como desaparecido desde el sábado por la noche, fue encontrado con vida en el hospital José G. Parres de Cuernavaca, tras lo que parece ser un presunto caso de secuestro exprés.

Pedro Bello, abogado del obispo, reforzó la versión del secuestro exprés, explicando que los captores utilizaron las tarjetas de crédito del jerarca católico para realizar compras de alcohol en tiendas de conveniencia y pizzas en un establecimiento en el municipio de Emiliano Zapata, zona metropolitana de Cuernavaca.

Según la versión del abogado, Rangel Mendoza fue sorprendido y sometido por individuos cuando salía apresuradamente de un domicilio en el municipio de Jiutepec, contiguo a Cuernavaca, y posteriormente fue subido a un automóvil, comenzando así su presunto secuestro exprés.

Información extraoficial proporcionada por policías municipales indica que el obispo fue dejado en el interior de un hotel, desde donde se solicitó el apoyo de la Cruz Roja para trasladarlo al hospital José G. Parres de Cuernavaca.

Los primeros reportes, aún extraoficiales, sugieren que el obispo ingresó al hospital el domingo debido a una probable enfermedad vascular cerebral, posiblemente inducida por la ingesta de alguna sustancia, lo que lo mantuvo somnoliento y con habla lenta. Se recomendaron pruebas adicionales, incluida una tomografía.

Rangel Mendoza ingresó como desconocido al hospital, ya que no pudo identificarse ni portaba documentos que confirmaran su identidad como obispo de Chilpancingo, Guerrero. Horas después, el fiscal Uriel Carmona Gándara anunció que se abriría una carpeta de investigación por secuestro exprés.

Finalmente, ayer alrededor de las 22:00 horas, el obispo solicitó su alta voluntaria y fue trasladado por sus familiares a un hospital privado para continuar con su tratamiento médico.